De esta forma tan peculiar, reza el artículo del Corán sobre el uso del velo para las musulmanas. Se me ocurren decenas de comentarios sobre este fragmento del libro que 1.300 millones de personas siguen (muchas de ellas al dedillo) desde hace 1.500 años.
En primer lugar, se dirige a ellos, como los encargados de cubrir la naturaleza femenina, que está ahí precisamente para ser admirada. Es cierto que el machismo ha sido una característica básica en casi todas las civilizaciones desde que el cristianismo comenzó a extenderse por el mundo (y no antes), pero también es cierto que en una sociedad civilizada de hoy en día, una ley con semejante contenido es impensable y completamente reprobable. Por otra parte, demuestra que dicho texto fue escrito por alguien muy acomplejado y con una tremenda inseguridad en sí mismo, ya puede ser Dios, o algún loco que allá por el siglo VI necesitaba alguna forma de financiar sus deudas. ¿Qué motivo sino el miedo de no ser lo suficientemente bueno para mantener lo que tienes, puede impulsarte a encerrar a las mujeres bajo un manto toda su vida? Pero lo que más llama mi atención, es que este texto, es una ley sagrada para varios cientos de millones de personas. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que está por encima de cualquier otra ley, sin excepción alguna.
Aunque nos negamos a admitirlo, en Europa nos estamos dando cuenta de las terribles consecuencias y atrasos que han traído las religiones al mundo. Somos un pueblo viejo, que ha vivido mucho más que muchos, y por eso sabemos que el menos malo de los regímenes es la democracia, con su estado de derecho y sus libertades fundamentales. Una de esas libertades, es la de expresión. Si vives, o vienes a vivir a Europa, puedes decir y vestir como te dé la gana y de la misma forma tienes que tolerar que la gente diga y vista lo que y como quiera. Para nosotros no hay leyes superiores a las que hemos elegido democráticamente, y ningún Dios está por encima de los ciudadanos, y eso es así, porque así lo hemos elegido.
Noticia relacionada: http://www.elpais.com.uy/090623/pinter-425207/internacional/sarkozy-dispuesto-a-prohibir-el-velo-islamico-en-francia
El hecho de que un presidente de Francia (cuna de las libertades y del derecho a elegir quien te gobierna) pretenda prohibir el derecho de la gente a ponerse un velo es cuanto menos preocupante. Tal atentado contra las libertades individuales es más propio de países teocráticos que de democracias europeas. Sarkozy cree que prohibirlo es lo más adecuado porque representa la opresión y la esclavitud, pero Sarkozy no se ha dado cuenta que prohibir algo por lo que representa es otra forma de opresión, que en ningún momento debería ser tolerada.
Lo que los líderes europeos tienen que hacer no es luchar contra la imposición del velo, sino luchar contra toda ley que pretenda sobreponerse al estado de derecho y cambiar nuestra forma de vida, ya sea mediante las exigencias del terrorismo, el narcotráfico, o la ley que cualquier Dios pretenda hacer superior a la que nosotros mismos hemos elegido.
Si el presidente francés me permitiese una sugerencia le diría que persiguiese a los imanes que dentro de sus propias fronteras empujan a los fieles a actuar de esa forma y los encerrase o expulsase del país con una contundente patada en el culo. Le diría que estudiase con mucho cuidado cualquier construcción religiosa (ya sea iglesia, mezquita o sinagoga), y le diría, que en vez de decirle a la gente como se tiene que vestir, intente convencer por las buenas o por las malas de que los “ismos” no son lo que queremos en Europa, y al que no le guste, encantado lo acompañará hasta la frontera para que no vuelva nunca más.